lunes, 15 de noviembre de 2010

Mesopotamia Antigua

La desembocadura del Tigris y el Éufrates (los dos ríos —pótamos— en medio —meso— de los cuales se desarrolló este espacio de civilización) en la Baja Mesopotamia dio origen a la acumulación de depósitos aluviales en la zona de marismas que va ganando paulatinamente terreno al mar frente a la costa en retroceso del Golfo Pérsico (actualmente a más de cien kilómetros del lugar que ocupaba en el IV milenio a. C., y con los dos ríos confluyentes —Shatt al-Arab—). La zona fue propicia (con la condición de mantener una gran capacidad de organización social para el trabajo colectivo en la construcción de obras hidráulicas como canalizaciones), regadío y drenajes, para el desarrollo de las ciudades-estado sumerias (Ur, Uruk, Eridú, Lagash). Éstas, en competencia entre sí y con los pueblos nómadas de estepas y desiertos circundantes (los del sur y oeste englobados por la historiografía en el amplio concepto étnico de semitas y los del este en la zona irania donde se fue formando la civilización elamita), así como con los núcleos que se fueron formando más al norte (Babilonia) y más al norte aún en la Alta Mesopotamia (Nínive); fueron desarrollando las características constitutivas de la civilización (sociedad compleja) y el estado (superestructura político-ideológica): templo, clase sacerdotal y religión organizada, frontera, guerra territorial, ejército, propaganda, impuestos, burocracia, monarquía, construcciones como murallas y zigurats; y el rasgo que marca el inicio de la historia: el registro de la memoria en la escritura.

La dinámica del crecimiento territorial llevó a la formación de imperios, que en su pretensión de monopolizar el poder, se describían a sí mismos como un continuo espacial "entre el mar pequeño y el mar grande" (el Golfo Pérsico y el Mediterráneo), en enumeraciones más o menos fiables de pueblos anexionados, destruidos, dispersados, rechazados, sometidos, tributarios, o simplemente socios comerciales, aliados o contactos diplomáticos.




El Renacimiento Sumerio es un período de la historia de Mesopotamia que comprende los años entre la caída del Imperio Acadio y el período de las dinastías amorritas de Isín y Larsa —ambos con gobiernos de origen semita—, entre los siglos XXII a. C. y XXI a. C. Dentro de esta etapa destacan los años de la llamada Tercera Dinastía de Ur o Ur III, por darse en estos una nueva hegemonía que abarcaría toda Mesopotamia, esta vez con la ciudad de Ur a la cabeza.

Imperio acadio

     El Imperio acadio fue un gran reino de Mesopotamia formado a partir de las conquistas de Sargón de Acad. Se mantuvo durante 140 años entre los siglos XXIV y XXII a. C. en los que se sucedieron cinco monarcas: el propio Sargón, sus hijos Rimush y Manishutusu, su nieto Naram-Sin y el hijo de éste, Sharkalisharri.

     Los dominios del Imperio acadio se extendieron a toda la cuenca de Mesopotamia, Elam, Siria y según las inscripciones aún más allá, hasta el Líbano y la costa mediterránea. Se llegaron a realizar incursiones hasta Anatolia y el interior de los montes Zagros y el imperio controló el comercio del golfo Pérsico hacia Magan (posiblemente Omán) y la región del valle del Indo. Las ciudades de Mesopotamia se llenaron de monumentos y estelas conmemorativas que hablaban de la grandeza del nuevo imperio y en la escritura se produjo un importante avance de la lengua acadia, que se convirtió en la lengua administrativa del Estado.

     Sargón dio numerosos puestos administrativos a ciudadanos de su región original, cuya lengua era el acadio, el cual posiblemente vivió en esta etapa una gran difusión.

     La escritura de esta lengua siguió un modelo desarrollado en el área de Ebla, en la actual Siria, que adaptaba la escritura cuneiforme a la lengua semita. Este modelo de escritura fue el más utilizado en la administración del Imperio acadio, si bien se mantienen numerosos documentos e inscripciones bilingües, escritas tanto en acadio como en sumerio. Así, aunque la lengua sumeria siguió siendo utilizada es probable que las conquistas de Sargón y su prestigio, diesen un impulso fundamental a la lengua acadia, facilitando que en los siglos posteriores se impusiera finalmente al acadio.
    
     Durante el Imperio acadio se siguió la costumbre sumeria de levantar grandes estelas y monumentos conmemorativos escritos en lugares especiales de las ciudades. Con estas obras se demostraba el poder el imperio y se publicitaban sus éxitos militares. En el arte acadio, la figura central de la obra se representa en mayores proporciones que el resto de la composición, que generalmente contiene escenas dramáticas. Un buen ejemplo es la estela de Naram-Sin, donde el monarca, coronado por un casco de cuernos que indica su carácter divino, tiene el doble de tamaño que las demás figuras.





Sumeria al final del Imperio Acadio
Tras la caída del Imperio Acadio las ciudades sumerias recuperaron la independencia. Pese a la irrupción de los nómadas gutis, que provocaron continuos saqueos, arrasaron ciudades y campos y dificultaron el comercio, el fin del imperio no trajo la decadencia, al menos en la zona sur de Mesopotamia. Las distintas ciudades se organizaron en pequeños reinos. La propia Agadé, anterior capital imperial, mantuvo un pequeño Estado en los territorios próximos a ella, el cual sobrevivió durante 30 años, hasta que fue conquistado por los nómadas. Posteriormente, se supone una hegemonía de Uruk porque así se nombra en la lista Real Sumeria, pero aparte de los nombres de la lista no hay ningún dato más para afirmarlo o negarlo.

De este período, la historia que mejor se conoce es la de Lagash: primero se conocen los nombres de los ensi, vasallos de los sargónidas de Acad: Kikuid contemporáneo de Rimush, Engilsa contemporáneo de Manishtushu, Ura contemporáneo de Naram-Sin y Lugalshumgal contemporáneo de Naram-Sin y Sharkalisharri. Después, se sabe de una serie de gobernadores que podrían haber estado subordinados a Uruk: Puzurmama, Urutu, Urmama, Lubau, Lugula y Kaku. Tras ellos la ciudad consigue la hegemonía en la región, en la que se denomina Segunda Dinastía de Lagash: Urbaba, Gudea, Urningirsu, Pirigme, Urgar y Mammakhani; que representan una sucesión familiar continuada (de padre a hijo o de suegro a yerno).

Urbaba (2164 a. C. a 2144 a. C.) fue el primero de los monarcas que ejerció la hegemonía; su hija Enanepeda fue nombrada sacerdotisa de la diosa Nannar en Ur, lo que puede indicar que dominaba en esta ciudad. Durante el reinado de Gudea, consta el dominio de Lagash sobre Nippur, Adab, Uruk y Badtibira.

Pese a que durante su reinado, Lagash realizó una expedición de conquista sobre Elam, se considera que Gudea fue un rey relativamente pacífico, más interesado en el comercio que en la conquista. Así, en una inscripción se celebra que consiguió reabrir el comercio «del mar superior al mar inferior» (del Mediterráneo al golfo Pérsico) y se sabe que mantuvo contactos comerciales con las áreas madereras de las actuales Siria y Líbano; con Magan, en el actual Omán, y con el valle del Indo, de donde se obtuvo diorita, cobre y oro. Todos estos materiales se emplearon en la elaborada escultura característica de este período, de la que destacan las numerosas figuras del monarca. Estas esculturas estaban diseñadas especialmente para decorar los templos, que vivieron importantes reconstrucciones durante el reinado de Gudea. De estas construcciones destacan los templos de Ningirsu (cuyas ruinas se perdieron en las primeras excavaciones) y de Nanshe, el cual, según una inscripción, Gudea emprendió tras una aparición divina en sueños La prosperidad continuó con los reyes Urningirsu y Pirigme.

Durante el período posterior fue Uruk, con el reinado de Utu-hegal quien obtuvo una posición predominante. El nuevo monarca venció al jefe de los nómadas gutis, Tiriqan, que fue tomado prisionero, tras lo cual se nombró «rey de las cuatro regiones». Utu-hegal fue sucedido por Ur-nammu, el cual no se sabe si pertenecía a su dinastía o fue un usurpador. Se ha especulado que podría tratarse de su hermano. El nuevo rey se esforzó por hacer realidad el título que había heredado; atacó las ciudades vecinas y conquistó Nippur, Uruk, Larsa, Ur, Eridu y Lagash, cuyo rey Nammahni fue muerto. Tras esto, decidió trasladar la capital de su Estado desde Uruk a Ur, fundando una nueva dinastía; la III dinasía de Ur. El motivo de este traslado no está claro, aunque es posible que Ur-Nammu hubiese sido gobernador de esta ciudad antes de recibir el trono de Uruk.


Alfabeto sumerio:

Construccion Sumeria:

El imperio de Babilonia
Babilonia fue un antiguo reino localizado en la región de Mesopotamia. Es conocido por ser una de las naciones más fuertes en aquella época por su poder y riquezas, las cuales se acrecentaron a tal punto que fomentó la creación de nuevas tecnologías y la necesidad de comenzar a utilizar por primera vez sistemas numéricos para referirse a la economía.

Se originó a partir de la ciudad estado de Babilonia, extendiéndose por Acad y Sumeria.

Situada a ambas orillas del Éufrates, la ciudad de Babilonia mantuvo en su origen una posición moderada, bajo la sombra de la cercana y más poderosa Kish. Comenzó a cobrar importancia con la llegada de los amorreos entre el 2000 y el 1800 a. C., que se erigieron reyes de la ciudad. Los amorreos, también semitas, se adaptaron fácilmente a la lengua acadia, propiciando el declive del sumerio. También se amoldaron con facilidad al panteón mixto sumerio-acadio, rindiendo culto a Marduk, deidad protectora de la ciudad.

En torno al 1782 a. C. llegó al trono el sexto miembro de esta dinastía, Hammurabi. En este tiempo al norte y sur de la ciudad se encontraban los territorios de las ciudades de Assur (que dará nombre a Asiria) y Larsa, más poderosas pero con monarcas envejecidos. En 1763 AdC Hammurabi venció a Rim-Sin de Larsa, apoderándose de la parte sur de Mesopotamia. En 1755 a. C. tomó igualmente Asus, haciéndose con el poder de todo el valle de los ríos Tigris y Éufrates. Con el triunfo de Babilonia sobre el resto de Mesopotamia, también su dios principal, Marduk, fue alzado a la cabeza del panteón de dioses locales.

Hacia el 1800 a. C. comenzaron a producirse una serie de invasiones nómadas provenientes del norte del Cáucaso y de Escitia. El ataque por parte de nómadas a la región había sido una constante durante los siglos anteriores, pero con la domesticación del caballo y su utilización para el tiro de carros de guerra, los nómadas consiguieron una ventaja militar que les permitió penetrar en la zona.

Uno de estos grupos fueron los hurritas, que ocuparon gran parte del territorio que Asiria había conquistado durante el reinado de Shamshi-Adad I, fundando el reino de Mitani hacia el 1500 a. C. y haciendo a los asirios subsidiarios suyos. También se extendieron por Canaán, donde fundaron algunos reinos, llegando hasta el Antiguo Egipto, donde conquistaron la parte norte y fueron conocidos como hicsos.

Otro de estos grupos fueron los hititas, que se establecieron en la parte oriental de Anatolia a partir del 1700 a. C. fundando el conocido como Antiguo Reino. La lengua hitita era de origen indoeuropeo, lo cual no les impidió adoptar la escritura cuneiforme de los acadios.

Durante los años siguientes, hititas y hurritas se enfrentaron en el norte de Mesopotamia. En torno al 1600 a. C., durante el reinado del rey Mursil I los hititas derrotaron a los hurritas, dominando Asiria y haciendo incursiones en Babilonia, a la cual redujeron hasta las dimensiones anteriores a la conquistas de Hammurabi. Este periodo coincidió con la entrada de los nómadas casitas provenientes de los montes Zagros, quienes aprovecharon el debilitamiento de Babilonia para atacarla. Finalmente tomaron la ciudad en 1595 a. C.


Ciudad principal de Babilonia



Jardines Colgantes de Babilonia

Imperio Asirio

     Durante el tercer milenio a.d.C., la región de Asia Anterior estuvo bajo la influencia de la civilización Sumeria establecida en la llanura sur de Mesopotamia. En las investigaciones hechas a raíz de las excavaciones arqueológicas de la ciudad siria de Assur se ha podido comprobar que las estatuas halladas tenían mucho en común con las encontradas en otros templos sumerios. Esto demuestra la gran relación cultural que sin duda existía entre ambos pueblos desde tiempos remotos.
     Hacia el año 2000 a. C. invadió Mesopotamia (cerca del actual pais Israel) el pueblo de los elamitas, pero más tarde entró otro pueblo nómada, los amorritas o amorreos, procedentes de Siria que conquistaron por el sur a los sumerios y por el norte a los sirios.
     Se sabe que un siglo más tarde grupos de asirios mercaderes formaron colonias en Anatolia (actual centro de Turquía), y que allí establecieron un próspero comercio de metales preciosos y de textiles.
     Entre los años 1813 y 1780 a. C., Asiria alcanzó la categoría de imperio. Fue el primer Imperio Asirio, de la mano del rey Shamshi-Adad I hasta que en el año 1760 a. C., Hammurabi de Babilonia derrotó y conquistó a los asirios que pasaron a formar parte del Imperio de Babilonia.
     El siglo XVI a. C. fue un periodo de invasiones y gran confusión por toda Mesopotamia. Asiria se vio bajo el control de unos y otros invasores (los mitanni y los hititas sobre todo), hasta el siglo XIV en que el rey asirio Ashur-uballit I se liberó de sus opresores e incluso llegó a agrandar los límites de sus tierras. Los sucesores de este rey ampliaron más las fronteras y supieron enfrentarse a los pueblos de alrededor: urarteos, hititas, babilonios y lullubis.
     Hacia el año 1200 a. C., una oleada de pueblos procedentes de la península Balcánica, conocidos como los Pueblos del Mar fueron los causantes del final del Imperio hitita y del Imperio egipcio. Uno de estos pueblos, llamado mushki, se asentó al este de Anatolia y fue una constante amenaza para Asiria. Otro pueblo (nómada y semita), el arameo, hostigaba continuamente a los asirios por el oeste. Asiria se hizo fuerte y resistió el empuje de estos pueblos, y endureció su ejército que a partir de entonces fue famoso por su crueldad y temido por sus enemigos, de tal manera que al verse amenazados y ante su proximidad no les quedaba más remedio que huir; la gente que quedaba en las aldeas o las ciudades atacadas era masacrada o llevada a Asiria como esclavos. Las ciudades eran saqueadas y después arrasadas, pero no se anexionaban al Estado asirio.
     Este sistema de lucha y conquista fue variando con el tiempo. A finales del siglo X a. C. los reyes asirios ya anexionaron varios territorios de los arameos que estaban situados al este del río Jabur (en el valle central del Éufrates) y de los de la región de los ríos Gran Zab y Pequeño Zab.
     En el siglo IX a. C. reinó Asurnasirpal II, desde el 884 al 859 a. C. Construyó la ciudad de Calach y la hizo su capital, en sustitución de la antigua Assur. La arqueología de esta ciudad ha dado un verdadero tesoro en inscripciones halladas en los monumentos, sobre la historia de este rey. Se sabe de él entre otras cosas que sus campañas bélicas fueron numerosas, devastadoras y brutales.
      En el siglo VIII a. C. surge un floreciente imperio militar que duró dos siglos. En este periodo histórico fueron tributarios de Asiria los fenicios, los israelitas y muchos pueblos de la Media y de Persia. Los asirios llegaron en su expansión hasta Egipto por el oeste y Persia por el este. Es una época de esplendor en que los reyes vivían con gran lujo, ejerciendo un gobierno despótico.
Durante esos años gobernó la dinastía de los Sargónidas, cuyo primer rey fue Sargón II que trasladó su séquito a una nueva ciudad llamada Dur Sharrukin (Fuerte de Sargón). Las ciudades se embellecieron con magníficos monumentos a costa de los cuantiosos tributos cobrados a los pueblos sometidos.
     Sargón II fue sucedido por Senaquerib, (célebre por el relato Bíblico que afirma no pudo tomar Jerusalem en tiempos del rey Ezequías y el profeta Isaías), y éste por Asarhaddón, quien reinó en los primeros años del siglo VII a. C., y llegó hasta Egipto y tomó la capital, Menfis. Su hijo Asurbanipal llegó más lejos, hasta Tebas e hizo campañas militares en Susa (Irán). A la muerte de este rey hubo una revolución interna. Después de estos acontecimientos hay pocas noticias históricas.
     El fin del Imperio Asirio se debe a la gran derrota sufrida por sus últimos reyes Sin-shar-ishkun y Ashur-uballit II contra los medos y los babilonios. Asiria se fue debilitando con tantas guerras y con la amenaza constante de un nuevo pueblo que llegaba por el norte: los escitas. Babilonia recuperó su independencia y Ciáxares (o Ciájares) de la Media sitió y destruyó Nínive, la ciudad asiria poderosa y odiada por sus enemigos. Allí fue donde murió Sin-shar-ishkun en el año 612 a. C. Asiria aún resistiría tres años más mediante el autoproclamado rey Ashur-uballit II, que gobernó un reducido territorio con capital en Harrán merced al apoyo egipcio. En 609 a. C medos y babilonios tomaban Harrán, poniendo punto y final al Imperio Asirio.
    

Cuidad asiria



Soldado asirio









jueves, 11 de noviembre de 2010

A los soldados...




Se conoce de antemano que la guerra puede dejar hambre, dolor y sufrimiento a las personas que en ella viven. Sin embargo hay que reconocer que gracias a numerosas guerras a través de la historia, la humanidad ha logrado grandes avances en la civilización.

En este Día del Veterano quisiera dar reconocimiento a todos los soldados que de una forma u otra se le ha permitido luchar por sus ideales. A los que se encuentran aún con nosotros ¡Felicidades! A los que ya no se encuentra con nosotros; Que descansen en paz.

Día del Veterano

El reconocimiento anual del Día del Veterano el 11 de noviembre se remonta a 1919, fecha en la que se conocía como el Día del Armisticio.

Ese día fue el primer aniversario de la culminación de la Primera Guerra Mundial. La guerra finalizó cuando se implementó un armisticio, o cese temporal de agresiones. El Presidente Woodrow Wilson proclamó el día festivo con estas palabras:

"Para nosotros en los Estados Unidos, las reflexiones del Día del Armisticio rebosarán de orgullo solemne en el heroísmo de aquellos que murieron sirviendo al país y agradecidos por la victoria, tanto por aquello que nos ha vuelto libres como por la oportunidad que le ha dado a los Estados Unidos de demostrar su compasión con paz y justicia en los consejos de las naciones..."

Al año siguiente, Francia y el Reino Unido realizaron ceremonias, en el mismo día, por aquellos desconocidos que murieron en la guerra. Un año más tarde, Estados Unidos llevó a cabo una ceremonia similar, al mismo tiempo que el Congreso aprobó una ley para que la "Tumba del Soldado Desconocido" se colocara en el Cementerio Nacional de Arlington.

En 1926, el Congreso aprobó una resolución, en la que se pedía al presidente que se conmemorara el Día del Armisticio una vez al año, y que el presidente, por su parte, emitió. En 1938, se convirtió en un feriado nacional, ya que Estados Unidos retuvo el derecho de designar sus propios feriados individuales.

El 1 de junio de 1954, después de que la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea produjeran millones de nuevos veteranos de guerra, el Presidente Dwight D. Eisenhower cambió el nombre de Día del Armisticio por el Día del Veterano.

Según disponía la Ley del Cuarto lunes establecida en 1968, el Congreso designó la celebración del Día del Veterano el cuarto domingo de octubre. Sin embargo, la mayoría de los estados eligieron reconocer el Día del Veterano como lo fue originariamente el 11 de noviembre. Como resultado, en 1975, el Congreso cambió formalmente la celebración federal del Día del Veterano al 11 de noviembre, y éste entraría en vigencia en 1978.

La Ceremonia Nacional del Día del Veterano se lleva a cabo en el Cementerio Nacional de Arlington cada 11 de noviembre a las 11 de la mañana. Cada uno de los servicios militares de los Estados Unidos crea una guardia de colores combinados y rinde homenaje a quienes murieron en la guerra, ejecutando la canción "Present Arms" ("Presentar Armas") frente a la Tumba de los Desconocidos, o aquellos "conocidos sólo por Dios". Luego, el presidente deja una corona sobre la tumba mientras una corneta interpreta "Taps" ("Toque de Silencio"). El resto de la ceremonia se lleva a cabo en el Memorial Amphitheater ("Anfiteatro Conmemorativo").


miércoles, 10 de noviembre de 2010

Etapas de la historia



La historia universal es el conjunto de hechos y procesos que se han desarrollado en el entorno del ser humano, desde la aparición del Homo sapiens hasta la actualidad. Esta historia está marcada tanto por una sucesión gradual de descubrimientos y de nuevos inventos, como por desarrollos muy acelerados ligados a cambios de paradigma y a periodos revolucionarios, que finalmente hacen posible la evolución material y espiritual de la humanidad.
En la historia humana, y en oposición a la prehistoria, hay que destacar un hecho relevante convertido de manera independiente en diferentes lugares de la Tierra: la invención de la escritura. Este hecho ha hecho posible la existencia de un medio para difundir y preservar de manera más duradera el conocimiento adquirido. La escritura, a su vez, se ha convertido en una necesidad fundamental desde la aparición de la agricultura, del desarrollo de asentamientos estables y de la aparición del comercio.
Las civilizaciones se desarrollaron en los bordes de los grandes ríos. Una de las primeras en aparecer, entre el 4000 y el 3000 a. C., fue la de Sumeria, en Mesopotamia, palabra que en griego significa "entre ríos" (μέσος, "entre" y ποταμός, "riu").[] Otras civilizaciones también se desarrollaron en las orillas de los ríos, como la de Egipto en el Nilo, la del valle del Indo, la de Caral-Supe en los ríos cortos del desierto peruano, y la de la Antigua China a las orillas del Río Amarillo.
De manera progresiva la mayoría de los seres humanos de Europa, de Asia y de África del Norte pasaron a depender de estados organizados, proceso que también sucedió en México y en la parte occidental de América del Sur. Poco a poco, todas las regiones y poblaciones del globo cayeron bajo la tutela de uno u otro estado hasta que el tratado de Berlín de 1878 distribuyó los últimos territorios desocupados, a excepción de la Antártida.
La historia se suele dividir en cuatro grandes períodos:
El papa Silvestre I bendice a Constantino, del que recibe con la tiara (símbolo del pontificado romano clásico, similar a otros tocados político-religiosos, como la doble corona de los faraones) el poder temporal sobre Roma. Fresco del siglo XIII, capilla de San Silvestre, monasterio de los Cuatro Santos Coronados.

En Europa, habitualmente se ha tomado la fecha de la caída del Imperio romano de Occidente (476) como el momento en que finaliza la Antigüedad y empieza la edad Media. Unos siglos después, a mitad del siglo XV, Johannes Gutenberg inventa la imprenta moderna, usando la tipografía, revolucionando la comunicación, e impulsando el Renacimiento europeo y la Revolución científica.
En el siglo XVIII, el desarrollo del conocimiento y la tecnología, especialmente en Europa, alcanzó una masa crítica que hizo posible la Revolución industrial. Este incremento tan espectacular, de una banda, del conocimiento, la tecnología y el comercio y, por otro, en consonancia, del aumento del potencial destructor de la guerra, han generado una situación que en la actualidad afecta al conjunto de comunidades que habitan la Tierra.